MADEJAS (2009)

Antes de iniciar este blog me propuse fotografiar, medir y embalar, todos los cuadros hechos hasta el momento. También quedaban aún algunas tablas empezadas que no llegué a acabar, u otras cuyo resultado final nunca me llegó a convencer. En mi afán de aprovecharlas pinté sobre éstas. Resultaron muchas formas esféricas que me recordaron a las madejas. Simbólicamente, resulta curioso cómo coincide con la sensación de recoger, de ordenar… liar madejas, para dejarlas tal y como estuvieron en su origen. Muchas veces he observado a mi abuela deshacer alguna prenda de lana para luego liarla en una madeja, y así poder volver a tejer para empezar de nuevo una prenda nueva con esa misma lana. Además, la mayoría de nosotros tenemos la experiencia de ver cómo una madeja se ha desecho y se ha enmarañado hasta el punto que resulta muy difícil desliarla, incluso hay veces que hay que cortar nudos. Con estos cuadros que presento en la serie “Madejas” trato de cerrar la presente etapa para iniciar un nuevo proyecto pictórico. Así con un poco de suerte, este cambio coincidirá con el ordenamiento de mis pensamientos, quedando serenos por un tiempo, como los cuadros embalados. Una vez puesta al día me quedo despejada para empezar un nuevo proyecto pictórico con ilusión.


 
Inma Sabariegos: Pantano, 2009. 80 x 100. Óleo sobre tabla

Inma Sabariegos: Entre dos aguas, 2009. 80 x 100. Óleo sobre tabla


Inma Sabariegos: Siguiendo la luz, 2009. 80 x 100. Óleo sobre tabla


Inma Sabariegos: Sin título, 2009. 50 x 70. Óleo sobre tabla


Inma Sabariegos: Embarazo, 2009. 50 x 70. Óleo sobre tabla


Inma Sabariegos: Madejas, 2009. 50 x 70. Óleo sobre tabla


Inma Sabariegos: Liando madejas, 2009. 50 x 70. Óleo sobre tabla


Inma Sabariegos: Sin título, 2009. 80 x 100. Óleo sobre tabla


Inma Sabariegos: Sin título, 2009. 80 x 100. Óleo sobre tabla


Inma Sabariegos: Sin título, 2009. 80 x 100. Óleo sobre tabla

TABLITAS: RETARDO (2006-2009)


Estas pinturas de pequeño tamaño forman parte de una serie que empecé hace unos años, a la vez que he ido realizando otras. 

Pertenecen a un período de transición pictórica, donde me dejo llevar por mis pensamientos mientras pinto de forma intuitiva y espontánea, siempre buscando armonía visual. 

Algunas han cambiado numerosas veces de tonalidad y forma durante su realización. 

El término retardo en cuanto a música se refiere, es una prolongación de una nota que aplaza la resolución de su sonido sobre el inmediato, que a su vez es reclamado por la siguiente nota. Si estas pinturas fueran música, su sonoridad continuaría, pero esperando el comienzo de otras nuevas “notas pictóricas”. 

La velocidad ha ido disminuyendo - con sus pausas - hasta que el reclamo de mis nuevos trabajos, me condujo a la conclusión de la actual serie, al mismo tiempo que comenzaba a sonar ya la siguiente nota, esta vez con la intención de producir nuevos cuadros. 

A pesar de la tardanza de su realización, de posponer generando atraso, me he sumergido en estas pinturas durante períodos de espera y de tregua, ejecutándolas con dedicación y entrega. 



Inmaculada Sabariegos García
Sin título. Realizadas entre 2006-2009
20 x 60 cm.
Óleo sobre tabla

INCONTROLABLE (2004-2009)


“Incontrolable” es fruto del azar, de la casualidad y de las circunstancias. Sobre una base de relieve que aplico bastante al azar, pinto intentando sacar partido de lo que puedo, adaptándome a las circunstancias lo mejor posible, buscando el mejor resultado final. Éste a su vez curiosamente varía según le da la luz, debido al relieve y a los diferentes acabados en brillo y mate dentro del mismo cuadro.









EMERGIENDO (2009)


“Emergiendo” supone un cambio de ciclo vital, un punto de inflexión. Por primera vez utilizo la conocida técnica del grabado en pasta de papel, sobre una plancha que ya utilicé para hacer un grabado mural hace pocos años. Luego he pintado sobre él.

LLUVIA (2006)



De nuevo mi pintura nace inevitablemente de las situaciones y circunstancias del medio que me envuelve. Tenía en mente este proyecto desde hace ya tiempo, porque si hay algo que me fascina en este mundo es el agua en todos sus estados, sea líquido, sólido o gaseoso. Siempre nos acompaña y sin ella no hay vida. El agua tiene infinitas posibilidades: desde el vapor que sale de una olla al cocinar o el que se queda en el espejo, los cubitos de hielo, los copos de nieve, charcos…hasta las nubes, los ríos, lagos, mares, glaciares… Las corrientes hacen que los océanos bañen las orillas de todos los lugares, y sus aguas también se reparten gracias a los cambios de estado. Por tanto el agua es de alguna manera compartida por todos y por todas las naciones porque en realidad una partícula de agua no es de nadie y aunque se intente atrapar, fácilmente se puede escapar evaporándose. Viene a ser la misma que ha existido desde la formación del planeta. Ha recorrido los cuerpos de todos nuestros antepasados, así como de nuestros descendientes y de los demás seres vivos del planeta… El agua es infinita en el tiempo y en el espacio. 

Disfruto mucho dando chapuzones, salpicando, nadando… El agua forma parte de esos “pequeños” detalles en la vida que debemos valorar. En realidad es mágica e increíble. 

No todas las facetas del agua me gustan. A veces muestra su lado aterrador por ejemplo mediante inundaciones desbordándose de una forma incontrolable. Además me disgusta y me enoja ver aguas sucias y contaminadas por nuestra negligencia. Ríos donde, como el Jarama entre tantos otros, antaño se bañaban nuestros padres en aguas limpias, y en los que ahora no se puede por la contaminación, cuando este lamentable hecho se podría remediar. 

El agua pasa por una serie de ciclos al igual que otros elementos de la naturaleza. La vida humana también interfiere en esos ciclos, somos parte de ellos y además aparte de éstos nuestras emociones pasan por repeticiones cíclicas, ciclos que a veces nos cuesta cambiar. Cuando los limpiaparabrisas del coche limpian una y otra vez las gotas que caen sobre la luna se produce un movimiento cíclico que sucede una y otra vez hasta que deja de llover. Las emociones humanas van y vienen, aparecen otras, se desbordan… y así sucesivamente. A veces resulta difícil salir de ciertos ciclos. 



















La imagen en que aparecen mantas, empleada para realizar algunas de las transferencias de este proyecto, es a partir de una fotografía realizada por mi amiga Edith García Xiomara, doctora y profesora de la universidad de biología marina en México, a la que se lo agradezco mucho. El resto de las transferencias las he hecho partiendo de fotografías mías.