CORAJE, ORGULLO Y SENSUALIDAD





Inma Sabariegos: Coraje, 2012. 75 x 100. Óleo sobre lienzo



Inma Sabariegos: Orgullo, 2013. 80 x 100. Óleo sobre lienzo



Inma Sabariegos: Sensualidad, 2013. 80 x 100. Óleo sobre lienzo

PAISAJE DE GONZA Y LAIA (2012)



Un encargo de Gonzalo y Laia...




Inma Sabariegos: Paisaje de Gonza y Laia, 2012. 116x89. Óleo sobre lienzo






TERRACOLOR MULTICULTURAL (2013)


Hacer mi silueta en la naturaleza mantiene la transición entre mi patria de origen y mi nuevo hogar: Es un medio de reclamar mis raíces y unirme a la naturaleza.
ANA MENDIETA


Para empezar quiero dar las gracias a todas las personas que colaboraron e hicieron posible el Terracolor Multicultural, especialmente a los niños, las niñas, personas adultas que participaron, a la Casa de la Mujer Clara Campoamor de Alcobendas por darme la oportunidad y confiar en el proyecto; a mis amigos y amigas, a  mis padres y hermana; a Fernando y a Lola (que siempre me lees y valoras mi arte).


El Terracolor Multicultural  - título de la acción artística simbólica, que se incluyó en la programación de los actos realizados en La Esfera de Alcobendas (Madrid), los días 20 y 21 de abril de 2013, con motivo del Fin de Semana Intercultural- se realizó  entre peques y mayores de culturas diferentes realizando una obra de arte con diferentes banderas del mundo, usando tierra y serrín de colores teñido de forma ecológica.

Cualquier persona durante nuestras vidas podemos vernos marchando de nuestro país de origen por diversas situaciones, entre ellas económicas o políticas; separándonos así de familia, amistades, costumbres y en definitiva, todo nuestro entorno en general, teniendo que vivir lo que supone una nueva situación como inmigrantes.

Pese a las dificultades que puede conllevar la migración, siempre tiene sus puntos positivos, como puede ser el enriquecimiento cultural. El arte suele unir culturas, pues normalmente es lo que más atrae de las diferentes a la propia. Así cuando visitamos otro país solemos contemplar manifestaciones artísticas en general, como arquitectura, artes plásticas, música, danza, teatro, arte culinario, etc.

Con esta acción de expresión colectiva, se trató de  contribuir en alguna medida a una mayor aceptación y resiliencia ante cambios y dificultades, como son las situaciones migratorias, tanto para las personas que habitan el país que recibe las personas inmigrantes y más aún de las personas inmigrantes que se marchan de su país de origen, permitiendo mediante la creación la expresión de lo propio y lo común simultáneamente. Incitar a la reflexión dando un paso hacia la empatía y la equidad respecto a las diferentes herencias culturales.

De alguna manera, durante el proceso de realización de la acción del Terracolor, se despertó el vínculo social entre las personas allí presentes, incluidas aquellas personas que acompañaron de forma espontánea la acción con una estupenda batucada.

Durante los preparativos de la actividad hubo que extender tierra sobre un plástico, y para mi sorpresa, apareció un gran grupo de niñas y niños, de diferentes nacionalidades (la mayoría árabes), que estaban en el lugar y se ofrecieron para ayudar; asi que extendieron la tierra por toda la superficie, aplastándola con sus pequeñas manos.

Entonces dio comienzo la actividad. El proyecto consistía en que las personas participantes se fueran tumbando sobre la tierra mientras otra persona repasaría la forma de su cuerpo, para a continuación, rellenar cada silueta obtenida de los colores de una determinada bandera, con serrín teñido previamente.

Pero como suele pasar en este tipo de acciones, el resultado puede ofrecer sorpresas respecto a lo planificado, lo cual se dejó fluir libremente, ofreciendo algo muy interesante.  En este caso, al asistir una mayoría de participación infantil, de muy corta edad, era complicado seguir las pautas iniciales. Es curioso, aunque no era intencionado, como los límites de las banderas creadas, quedaban rápidamente difusas y desdibujadas. Al fin y al cabo durante la tierna infancia no se le da importancia a ese tipo de  cuestiones que los adultos tenemos tan presentes. Mientras las personas adultas ayudábamos a poner límites, y seguir dibujos de las diferentes banderas. Además hubo quien hizo otro tipo de banderas que no hacían referencia a ningún país concreto, incluso algunas inventadas. U otros dibujos espontáneos como dos grandes flores, o manchas en general. Todo ello, enriqueció muchísimo el resultado final.

Para acabar se caminó por encima de todo el dibujo realizado, deshaciendo y mezclando  todas las banderas y colores con la tierra. Ahora el dibujo pertenecía a todos/as, la tierra y banderas quedaban mezcladas. Todo el contenido se recogió como recuerdo metafórico, entre participantes y otras personas, rellenando macetas en las que se plantó una semilla, símbolo de lo que puede nacer nuevo a partir del "enriquecimiento cultural".

Alguna semilla aún no ha germinado, esperemos que lo haga, y si no, invito a que se plante otra en su lugar y no “tirar la toalla”.  Casi todas si que lo han hecho ya, y he aquí algunas de las fotos que me han mandado algunas de las personas que allí estuvieron. Muchas gracias a todas por ese regalo fotográfico. A continuación se muestran imágenes del acto en sí y de algunas de las plantas que están comenzando a crecer.




























 

 

 






































RETRATOS II


Desde que escribí hace cuatro años sobre retratos he hecho algunos más, aunque la verdad es que no conservo prácticamente imágenes de ellos.

Para realizar el retrato que aquí muestro, partí de una imagen fotográfica, pero por supuesto, también la referencia de lo que había visto en persona al retratado, otras fotografías, espectáculos en los que actúa y mi visión personal.

Me he dado cuenta de lo complicado que puede resultar retratar a un actor, porque supongo que además de ser su propia persona, puede ser todos los personajes que interpreta y viceversa. Puede que también estuviese “actuando” mientras se le tomó la fotografía; en el fondo creo que todas las personas lo hacemos cuando posamos, pues todos llevamos un actor o una actriz dentro.

De hecho, aunque hay quien dice que los y las artistas plásticas, debemos seguir siempre una misma línea de trabajo, a veces sigo líneas paralelas que se complementan unas con otras, según la necesidad del momento; y aunque suela pintar abstracto, de vez en cuando me tomo un paréntesis y me decanto por la figuración. ¿Puede que salga así una faceta de “actriz” en mi pintura?

Mientras pinto retratos, la concentración es absoluta en cuanto a cuestiones técnicas, y sobre todo, en cuanto a la persona retratada. No solo hay que prestar atención a sus rasgos físicos (lo cual es muy importante y complicado) sino a darle “vida” y expresión a esa persona, intentar transmitir buena parte de sus gestos y esencia, por encima de la fidelidad absoluta a su fisonomía. Al fin y al cabo, pintura y fotografía son lenguajes diferentes. 

Me voy preguntando, ¿qué expresión facial escoger para fijar en un retrato? Intento que queden plasmadas, en alguna medida muchas de ellas, pero no pueden plasmarse todas simultáneamente. A medida que analizo una simple fotografía veo diferentes expresiones, cada vez lo veo de una manera distinta, y creo que esto mismo se acentúa aún más  en el retrato pintado. ¿Y en cuanto a la edad? Prefiero otorgar un poco más de madurez, para que la persona se reconozca e identifique dentro de algunos años, pero a su vez intento plasmar el reflejo del niño o niña que llevamos dentro.

Por eso  me resulta más difícil captar la personalidad transmitida de una persona que tan solo he visto por fotografía, aunque creo que le doy aún más vueltas, cuando se trata de una persona a la que conozco pero no lo suficiente.  

Durante la elaboración, soy consciente de que cualquier persona somos presente, pasado y proyecto vital, con nuestros diversos estados de ánimo y cambios físicos que se dan a lo largo del tiempo.

Además de dicha evolución y cambios en la persona que se retrata, también puede cambiar mi propia visión al respecto, según el momento en que lo realice. Como si en parte, el retrato se tratase de un espejo, Inconsciente e inevitablemente voy reflejando y proyectando en la representación de la persona que esté retratando, mi propia personalidad y estado de ánimo,  por lo que es algo que hay que saber reconocer y manejar.

Con todo ello, durante el proceso surgen fases de deformación del dibujo, de grandes cambios expresivos, hasta conseguir lo que considero adecuado. Incluso hay veces en que me es necesario posponer el trabajo para que no se interponga alguna emoción propia, ajena a la persona retratada  en la fidelidad del retrato. Es importante tener paciencia,  con la espera que requiere el óleo, y con la espera del momento personal adecuado para continuar.

Pintar retratos puede llegar a parecer una tarea interminable, aunque llega un punto en el que tomo conciencia de que a mi parecer está terminado, pues si tratase de seguir trabajando los rasgos faciales, perdería la expresión y la esencia que quiero reflejar.

Entonces llega el momento de la separación de la obra; y aunque me cueste desprenderme de lo que he realizado con esfuerzo, gustándome el resultado final, tengo ganas a su vez de que esté donde siento que debe estar: en este caso, con la persona retratada.



Inma Sabariegos García: Juanma, 2012. 55 x 46. Óleo sobre lienzo




Gran experiencia también el haber realizado un lindo encargo por parte de la artista Yolanda Rodríguez, como regalo muy especial hacia su pareja Joaquín Mulero, retratado junto a su hijo Daniel, familia con mucho duende.  



Inma Sabariegos: Joaquín y Daniel, 2014. Óleo sobre lienzo