TERRACOLOR MULTICULTURAL (2013)


Hacer mi silueta en la naturaleza mantiene la transición entre mi patria de origen y mi nuevo hogar: Es un medio de reclamar mis raíces y unirme a la naturaleza.
ANA MENDIETA


Para empezar quiero dar las gracias a todas las personas que colaboraron e hicieron posible el Terracolor Multicultural, especialmente a los niños, las niñas, personas adultas que participaron, a la Casa de la Mujer Clara Campoamor de Alcobendas por darme la oportunidad y confiar en el proyecto; a mis amigos y amigas, a  mis padres y hermana; a Fernando y a Lola (que siempre me lees y valoras mi arte).


El Terracolor Multicultural  - título de la acción artística simbólica, que se incluyó en la programación de los actos realizados en La Esfera de Alcobendas (Madrid), los días 20 y 21 de abril de 2013, con motivo del Fin de Semana Intercultural- se realizó  entre peques y mayores de culturas diferentes realizando una obra de arte con diferentes banderas del mundo, usando tierra y serrín de colores teñido de forma ecológica.

Cualquier persona durante nuestras vidas podemos vernos marchando de nuestro país de origen por diversas situaciones, entre ellas económicas o políticas; separándonos así de familia, amistades, costumbres y en definitiva, todo nuestro entorno en general, teniendo que vivir lo que supone una nueva situación como inmigrantes.

Pese a las dificultades que puede conllevar la migración, siempre tiene sus puntos positivos, como puede ser el enriquecimiento cultural. El arte suele unir culturas, pues normalmente es lo que más atrae de las diferentes a la propia. Así cuando visitamos otro país solemos contemplar manifestaciones artísticas en general, como arquitectura, artes plásticas, música, danza, teatro, arte culinario, etc.

Con esta acción de expresión colectiva, se trató de  contribuir en alguna medida a una mayor aceptación y resiliencia ante cambios y dificultades, como son las situaciones migratorias, tanto para las personas que habitan el país que recibe las personas inmigrantes y más aún de las personas inmigrantes que se marchan de su país de origen, permitiendo mediante la creación la expresión de lo propio y lo común simultáneamente. Incitar a la reflexión dando un paso hacia la empatía y la equidad respecto a las diferentes herencias culturales.

De alguna manera, durante el proceso de realización de la acción del Terracolor, se despertó el vínculo social entre las personas allí presentes, incluidas aquellas personas que acompañaron de forma espontánea la acción con una estupenda batucada.

Durante los preparativos de la actividad hubo que extender tierra sobre un plástico, y para mi sorpresa, apareció un gran grupo de niñas y niños, de diferentes nacionalidades (la mayoría árabes), que estaban en el lugar y se ofrecieron para ayudar; asi que extendieron la tierra por toda la superficie, aplastándola con sus pequeñas manos.

Entonces dio comienzo la actividad. El proyecto consistía en que las personas participantes se fueran tumbando sobre la tierra mientras otra persona repasaría la forma de su cuerpo, para a continuación, rellenar cada silueta obtenida de los colores de una determinada bandera, con serrín teñido previamente.

Pero como suele pasar en este tipo de acciones, el resultado puede ofrecer sorpresas respecto a lo planificado, lo cual se dejó fluir libremente, ofreciendo algo muy interesante.  En este caso, al asistir una mayoría de participación infantil, de muy corta edad, era complicado seguir las pautas iniciales. Es curioso, aunque no era intencionado, como los límites de las banderas creadas, quedaban rápidamente difusas y desdibujadas. Al fin y al cabo durante la tierna infancia no se le da importancia a ese tipo de  cuestiones que los adultos tenemos tan presentes. Mientras las personas adultas ayudábamos a poner límites, y seguir dibujos de las diferentes banderas. Además hubo quien hizo otro tipo de banderas que no hacían referencia a ningún país concreto, incluso algunas inventadas. U otros dibujos espontáneos como dos grandes flores, o manchas en general. Todo ello, enriqueció muchísimo el resultado final.

Para acabar se caminó por encima de todo el dibujo realizado, deshaciendo y mezclando  todas las banderas y colores con la tierra. Ahora el dibujo pertenecía a todos/as, la tierra y banderas quedaban mezcladas. Todo el contenido se recogió como recuerdo metafórico, entre participantes y otras personas, rellenando macetas en las que se plantó una semilla, símbolo de lo que puede nacer nuevo a partir del "enriquecimiento cultural".

Alguna semilla aún no ha germinado, esperemos que lo haga, y si no, invito a que se plante otra en su lugar y no “tirar la toalla”.  Casi todas si que lo han hecho ya, y he aquí algunas de las fotos que me han mandado algunas de las personas que allí estuvieron. Muchas gracias a todas por ese regalo fotográfico. A continuación se muestran imágenes del acto en sí y de algunas de las plantas que están comenzando a crecer.




























 

 

 






































1 comentario:

  1. Inma!! eres la reina de la originalidad..yo esperaba que me crecieran plantitas de colores.... hubiera sido ya la leche ;-P jeje..
    Una experiencia genial.. asi que cuando quieras repetimos!.. eso si.. prometo hacer curso de jardineria para explicar las semillas que reparto..jajaja

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